Ya no sabe a lo mismo, sin usted… no la disfruto igual.
Me encanta ese sabor particular que tienen las viudas y entre más añejas, mejor. Entra rico, resbala delicioso, burbujea más abajo, no se… es perfecta; al otro día, cuando te acercas a la viuda no existen los remordimientos, te acuerdas de lo sucedido y disfrutas rememorando la noche, eso por no hablar de lo afrodisíacas y pasionales que son… Insisto, las amo y me gustan mucho más que las Maries y las Margaritas. Ahora, con los hombres si que no me va para nada bien… Jack, Tom y Johnie no me quieren de a mucho que digamos y se desquitan cada que pueden.
Un placerzote, me decía cada que estábamos en un sitio público y dudaba entre la rosada y una opción un tanto más masculina. Que hago, me fascina. Yo se lo alcahueteaba, la tomábamos como nuestra. El problema con las señoras sin marido es que una sola no basta… viene otra y otra. -Está bien, la última y nos vamos-. Venía después la mejor parte, esas noches deliciosas de threesome en que nos entendíamos a la perfección y nos mecíamos al ritmo de ese humor candente y oscuro que solo aquella Gran Dama sabe provocar.
Quiero reconciliarme con ella, en serio lo necesito, Siento que quiero volver a cogerle el gusto, a disfrutarla. Sólo una ventaja ahora, cuando lo hago sin usted, no puedo abusar. Ese es el camino directo a acercármele, a tomar el teléfono y por qué no, marcar ¿para qué si no me va a contestar?
Última vez que esto me pasa, me divorcié es cierto, pero no de ella, tendré con quién compartirla, no se preocupe. Pero si decidiera intentar, si llegara a pensar que a usted también le hace falta, que extraña esa unión bizarra que entre los tres teníamos, puede acercarse aunque no le aseguro que quede, que de pronto, no haya acabado ya de tomarla.
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